jueves, 25 de noviembre de 2010

Sentimientos aflorados


Nací llorando, crecí con ilusión, maldije mi suerte y mi adolescencia demasiadas veces, maduré muy temprano, dejé pasar ante mis ojos oportunidades irrepetibles, sonreí sin ganas, aguanté lágrimas que posteriormente me pasaron factura, amé y amo, y demostré odio a una de las personas que me dió la vida. Pero en verdad creo que la única sensación que no he experimentado es el odio. Ahora he crecido, quizá no lo suficiente exteriormente, pero sí de corazón, ahora soy nueva, mi cuerpo y mi alma están forrados de papel charol con la esperanza de que alguien me desenvuelva, con la ilusión de que un día vuelvas, rasges el papel y descubras a la nueva yo, viva, sin miedos, sin la palabra odio entre mi vocabulario.
Éste papel he conseguido ponérmelo gracias a mi Renacer, que me ha ayudado a ser mejor persona, a perdonar, y eso me gratifica más que haber sacado a la luz éste trabajo. Éste libro no es una simple novela a la que le dediqué un mes de mi vida, no es simplemente un renacer cualquiera de un personaje inventado. Éste libro es mi propio Renacer.

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