miércoles, 1 de diciembre de 2010

El amanecer de una rosa


Despunta el día, el rocío de la mañana acentúa aun más su perfume fresco, casi embriagador, adornando el prado verde con su aroma, excitando a las golondrinas con su estridente color. Juega, revolotea cual pajarillo respirando el aire puro, cantándole al viento melodías inaudibles, gritando sin gritar que es libre, bailando sin bailar sobre la brisa. Lleva algo en sus brazos, pequeño, en la lejanía solo se aprecia un pequeño bultito embuelto. De repente algo en la mañana esquebraja la tranquilidad, un sonido estridente nace de las cuerdas bocales de aquel pequeño bultito. La mujer mira al cielo y sonríe, acaba de amanecer su rosa.

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